11 de agosto
Esta mañana el cansancio era la tónica general en el stand
de Synergie. Horas de sueño robadas noche tras noche hacían mella en las caras
del equipo, aunque hoy las temperaturas han
dado una pequeña tregua, lo cual ha sido de gran ayuda.
Ayer en el chapiteau tocaron buenos pianistas y “The
Barcelona jazz orquesta”. En un determinado momento hubo tumbada general del
equipo en el césped de los laterales de la carpa con la música de piano de
fondo, y además era la noche de las estrellas fugaces “les étoiles
filantes”,¿qué más se puede pedir? Había poca clientela en Synergie y eso nos
permitió algún momento de relax.
Lo peor fué, que como mañana es el último día de conciertos
en el chapiteau, nos tocó a parte del voluntariado, remodelar la sala, y quitar
cientos de sillas. La cosa se prolongó hasta más de las tres, estábamos
desfondados…y al terminar, la organización nos pagó con un helado magnum a cada
uno.
A partir de mañana, ya sólo quedan los conciertos en “
l’astrada”, otra sala a la que vamos
poco por la baja demanda que tenemos.
Esto se acaba…
Cada vez estoy más contenta aquí, me encanta éste país, sus
gentes, y su forma de hablar, es curioso como se va instalando el lenguaje, y
cómo la búsqueda de las expresiones va siendo cada vez menos por la vía de la
traducción directa, otro paso más en el camino de la fluidez expresiva.
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